Todas las causas de inflamación de la próstata se clasifican en dos grupos: infecciosas y no infecciosas.
Por cierto. La formación de prostatitis no siempre precede a la penetración aislada del patógeno en el órgano. Diversas lesiones, patologías hormonales, alteración de la circulación linfática o estancamiento de la sangre pueden contribuir a la aparición de la enfermedad.
- El patógeno más común es Escherichia coli. En el 86% de los casos, la inflamación de la próstata es causada por E. coli.
- A esto le sigue la bacteria klebsiella.
- Bacterias del género proteus.
- Enterococos de bacterias grampositivas.
- Pseudomonas aeruginosa gramnegativas (Pseudomonas aeruginosa).
Patógenos específicos como el bacilo de Koch o el Treponema pallidum causan prostatitis en casos muy raros.
Treponema pallidum
Clasificador NIH EE. UU.
La inflamación de la próstata es una enfermedad acompañada de un proceso inflamatorio que se localiza en la misma. La duración del proceso depende de la forma de la enfermedad: aguda o crónica. El segundo se diagnostica si el proceso dura más de tres meses.
Todo el mundo utiliza el clasificador, que fue aprobado en 1995 por el Instituto Nacional de Salud de América. Contiene cuatro categorías y dos subcategorías.
prostatitis aguda
La enfermedad inflamatoria de la próstata en forma aguda pertenece a la primera categoría y tiene una naturaleza bacteriana de infección.
La prostatitis aguda es una enfermedad inflamatoria aguda de la glándula prostática causada por una infección bacteriana de su tejido.
¡Importante! Esta condición se diferencia de todas las demás formas en que en la etapa aguda el paciente requiere atención médica inmediata.
La enfermedad es causada por bacterias que están presentes en la microflora del cuerpo y que son normales. Pero cuando se introducen en la próstata, bajo la influencia de factores concomitantes, se desarrolla un proceso inflamatorio que empeora rápidamente.
Por cierto. En casos raros, puede producirse una exacerbación del proceso inflamatorio de la próstata como resultado de una biopsia complicada realizada en el órgano.
Síntomas
Los pacientes con inflamación aguda se quejan de los siguientes síntomas.
- Fiebre y escalofríos.
- Cambie a temperatura rectal aumentada.
- Una diferencia de un grado o más entre las lecturas de la temperatura corporal y la temperatura rectal (normalmente ½ grado).
- Sensaciones dolorosas de dolor en la zona lumbar, dolor que rodea toda la zona lumbar.
- Dolor en la pelvis, parte baja del abdomen, profundo en el perineo, alrededor del ano.
- Dolor doloroso en la ingle y el escroto.
- Orinar con demasiada frecuencia.
- La nicturia es la necesidad de orinar, determinada por las ganas nocturnas.
- La disuria es dolor al orinar, acompañado de ardor y escozor.
- Dificultad para orinar con posible retención (estancamiento) de orina.
- Intoxicación.
- Dolor de cabeza y dolor muscular.
- Debilidad, fatiga.
- Estreñimiento o evacuaciones intestinales dolorosas.
- Hemospermia: elementos sanguíneos en la eyaculación.
- Descarga de líquidos por la uretra: blancos, incoloros, verdosos o amarillos.
¡Importante! La forma aguda es menos común que otras, pero puede provocar la aparición de sepsis, cistitis, pielonefritis y otras infecciones ascendentes, por lo que si se detectan sus signos se requiere hospitalización urgente.
Diagnóstico
La inflamación aguda de la próstata se diagnostica de forma inequívoca, debido a los síntomas típicos y a su pronunciada gravedad.
El alcance mínimo del examen de diagnóstico incluye los siguientes procedimientos:
- Medición de la temperatura rectal y comparación de sus indicadores con los indicadores de temperatura corporal;
- Examen visual de la ingle y el perineo;
- Examen táctil del ano y los ganglios linfáticos;
- examen rectal digital
- Análisis general de sangre y orina para identificar la fase aguda, prueba de los cuatro vasos;
- Examen bacteriológico de secreciones prostáticas y orina;
- Examen microscópico y de PCR de la secreción de la uretra (frotis de uretra);
- hisopo uretral
- Glándulas TRUS;
- Biopsia de áreas seleccionadas;
- CT y MRI de la zona pélvica.
- Resonancia magnética de la próstata.
Como ya se ha comentado, la temperatura rectal será mayor, marcando una diferencia con el cuerpo de más de ½ grado.
Al palpar el conducto anal, el paciente siente un dolor agudo. La próstata siempre está hiperémica e hinchada. También está caliente, estirado (agrandado) y contiene compactaciones no homogéneas.
Por cierto. A menudo, en el período agudo, la palpación es difícil o incluso imposible debido al dolor insoportable. En este caso se administra analgesia, acompañada de sedación, para aliviar el dolor y los espasmos.
Si el examen provoca un dolor insoportable, se utiliza analgesia con sedación.
La orina contiene una mayor cantidad de leucocitos. La bacteria se detecta en todos los fluidos biológicos tomados para análisis, o en cualquiera de ellos. En la sangre, el cuadro es típico de procesos infecciosos agudos. La sepsis es una complicación extremadamente rara; causa fiebre intensa, hiperseveridad de los síntomas e intoxicación. Estos signos requieren hemocultivo obligatorio.
¡Importante! Uno de los procedimientos de diagnóstico es el masaje prostático para liberar secreciones. Pero en un proceso agudo está prohibido, ya que puede provocar la propagación de la infección a todo el cuerpo y formar sepsis aguda.
Dado que las bacterias en la etapa aguda están presentes en casi todos los fluidos biológicos y se aíslan fácilmente durante el análisis, no es necesaria la salida de secreciones mediante masaje estimulante.
Tampoco hay indicación de exacerbación en la biopsia de próstata, ya que puede provocar una infección colateral.
Prostatitis bacteriana en fase crónica.
El cuadro se diferencia del cuadro clínico de la forma aguda por la debilidad de la gravedad de los síntomas o su virtual ausencia. Aumento de la temperatura, dolor intenso, intoxicación, es decir, el paciente experimentará todos los signos anteriores de la fase aguda solo cuando la forma crónica se agrave.
Síntomas
En un curso crónico, los síntomas desaparecen y las quejas del paciente pueden ser las siguientes.
- Disfunción urinaria.
- Cambio (deterioro) de la erección.
- Descendente, hasta la completa desaparición, el deseo sexual.
- Retrasos incontrolables o eyaculación precoz.
- Irritabilidad y aumento del fondo emocional.
- Sentimientos depresivos, ansiedad.
Consejo. Como puede ver, en la forma crónica no hay motivos de hospitalización urgente (y en ocasiones incluso de consulta con el médico), al menos no importantes. Pero la enfermedad debe tratarse de inmediato, ya que cualquier proceso crónico, tarde o temprano, se agrava y las experiencias emocionales y la opresión de la esfera íntima reducen significativamente la calidad de vida.
Diagnóstico
Sin síntomas agudos, el diagnóstico se vuelve más difícil. La enfermedad no es tan pronunciada y los síntomas pueden interpretarse de manera ambigua, ya que son simultáneamente signos de numerosas enfermedades, y no solo de inflamación de la próstata.
El algoritmo de diagnóstico es el siguiente.
- Realización de anamnesis, valoración del estado clínico general.
- Examen general de orina, realización de un cultivo para detectar cambios en la microflora.
- Exclusión de infecciones que se adquieren a través del tracto genital (estudio PCR).
- La uroflujometría es el proceso de monitorear los cambios en el ritmo de la micción.
- Examen de secreciones para detectar la presencia de antígeno PSA en el líquido.
- Ultrasonido no solo de la próstata, sino también de la pelvis y el peritoneo, para excluir diagnósticos de terceros.
- Urografía.
Urografía con agente de contraste.
Prostatitis abacteriana en forma crónica.
Se ha generalizado un tipo de prostatitis llamada prostatitis crónica abacteriana o, como también se le llama, síndrome de dolor pélvico crónico.
Si existe la posibilidad de inflamación de la próstata de naturaleza no bacteriana, cuando no se detecta el patógeno en los estudios iniciales, se confirma el diagnóstico de prostatitis abacteriana. Si no se diagnostica y trata a tiempo, se desarrollará una etapa tardía, que irá acompañada de dolor constante, y toda la ayuda al paciente se reducirá solo a la supresión temporal de los síntomas con medicamentos.
Síntomas
Síntomas característicos de la prostatitis no bacteriana.
- Dolor en la región pélvica, dolor en el perineo, dolor en la zona lumbar.
- Orina incómoda.
- Relaciones sexuales desagradables, acompañadas de sensaciones dolorosas persistentes.
- Trastornos gastrointestinales de diversos tipos.
- Debilidad, letargo.
- Insomnio.
- Estados depresivos en una etapa posterior.
El síndrome de dolor pélvico aparece principalmente debido a cambios en los procesos neuromusculares del órgano prostático. Las principales razones incluyen el estrés y el sedentarismo.
Diagnóstico
Después de la forma asintomática, el diagnóstico de esta enfermedad es el más difícil. La especificidad del diagnóstico es que los médicos deben trabajar por exclusión, en la que se rechazan todas las demás formas de la enfermedad y los diagnósticos de terceros.
- Primero, cuando llega un paciente, el médico examina su historial médico.
- Luego se escuchan las quejas existentes.
- A esto le sigue una derivación para un análisis de sangre detallado.
- Se realiza un cultivo para comprobar la presencia de microorganismos en la orina.
- Se hace un frotis bacteriano.
- Se deben cultivar las secreciones de próstata para detectar infecciones.
- Si se excede el nivel de leucocitos en el análisis de sangre, pero no se detectan patógenos en la orina y las secreciones, se envía al paciente a una ecografía o una resonancia magnética.
Una ecografía puede detectar un agrandamiento de la próstata y, en ausencia de un agrandamiento notable de la glándula, cambios en las paredes del órgano. La resonancia magnética proporciona una imagen tridimensional de los cambios en las terminaciones nerviosas, que puede usarse para identificar la ubicación y el grado de pellizco.
Prostatitis crónica asintomática
Dado que esta forma se presenta sin síntomas, existen pocos signos de esta enfermedad. Se diagnostica por la presencia de bacteriuria asintomática, que es una colonización persistente del tracto urinario sin síntomas.
El diagnóstico de bacteriuria se basa en muestras de orina recolectadas en condiciones lo más estériles posible y entregadas al laboratorio antes de que comience el crecimiento bacteriano.
Además, el segundo signo en el diagnóstico de prostatitis asintomática es la leucocituria, que es consecuencia del proceso inflamatorio en la vejiga. Se detecta mediante análisis microscópico del sedimento de orina.
Tratamiento de diferentes formas de prostatitis.
El tratamiento de la prostatitis se realiza principalmente de forma conservadora. Pero en casos especiales se recurre al tratamiento quirúrgico, que, sin embargo, no es muy frecuente debido a su baja eficacia y a la detección de numerosas complicaciones postoperatorias.
Cirugía
La recuperación completa después de la cirugía de próstata se observa sólo en el 45% de los pacientes. En el 40% la enfermedad recae.
Por cierto. Casi el 80% de los pacientes operados tienen complicaciones en forma de pérdida de la función sexual, eyaculación recurrente, estrechamiento del uréter y otras patologías peligrosas que conducen a un deterioro de la calidad de vida y de los indicadores sociales.
El tratamiento quirúrgico se prescribe únicamente para las siguientes indicaciones estrictas:
- Ineficacia de la terapia no quirúrgica durante un largo período.
- Condiciones de emergencia asociadas con complicaciones.
- Absceso prostático formado.
- Inflamación pélvica.
- La paraproctitis es una inflamación del absceso del tejido periintestinal.
- Sangre en el líquido urinario.
- Obstrucción del canal urinario y, como resultado, anuria.
- Piedras formadas en la vejiga debido a la retención urinaria.
- Hiperplasia prostática benigna en forma pronunciada.
- Prostatitis crónica, que provoca un proceso oncológico.
Junto con la lista de indicaciones, también existen una serie de prohibiciones de intervención quirúrgica:
- si la edad es mayor de 70 años;
- hay inflamación aguda en los órganos genitourinarios;
- hay una infección viral respiratoria aguda;
- el paciente padece enfermedades cardiovasculares o pulmonares;
- el paciente tiene hipotiroidismo;
- diagnosticado con diabetes;
- El paciente sufre de hemofilia.
Tratamiento conservador
El tratamiento de la prostatitis bacteriana, tanto aguda como crónica, es una de las tareas más difíciles a las que se enfrenta la urología moderna. Y aunque los logros de la medicina son indiscutibles, una curación completa de los pacientes con prostatitis sin consecuencias ni recaídas no es posible en el 100% de los casos, incluso con un diagnóstico oportuno y preciso.
Características del tratamiento del proceso agudo.
El tratamiento de las exacerbaciones se basa en el uso de antibióticos en combinación. Los nombres de los medicamentos y sus características se dan en la siguiente tabla.
Mediante pruebas y cultivos se determina un grupo de antibióticos para determinar el tipo de virus patógeno que lo inhibe. Con la selección correcta de medicamentos, el efecto se produce en unos pocos días. Pero el proceso de tratamiento continúa durante al menos cuatro semanas para erradicar completamente el patógeno y evitar que la enfermedad se vuelva crónica.
Consejo. Se prefieren antibióticos bactericidas potentes y las dosis deben ser suficientes para producir un efecto bactericida, especialmente en pacientes predispuestos a la inmunosupresión.
Si bien la etapa inicial o la forma leve de exacerbación de la prostatitis se pueden tratar de forma ambulatoria, los pacientes con intoxicación grave y deterioro del estado general están sujetos a hospitalización de emergencia con inicio inmediato de antibióticos por vía intravenosa. Durante el tratamiento se recomienda reposo en cama y falta de actividad física.
Características del tratamiento de formas bacterianas y no bacterianas crónicas.
Para un proceso bacteriano crónico, se utiliza una terapia antibacteriana a largo plazo. Además, se prescriben varios bloqueadores medicinales, desde AINE, que alivian el dolor y la inflamación, hasta bloqueadores alfa-1 adrenérgicos para normalizar el uréter, antidepresivos y sedantes.
La prostatitis abacteriana se trata con medicamentos antiinflamatorios.
Tabla: Medios para el tratamiento de la prostatitis.
grupo de fondos |
---|
Medicamentos antibacterianos: eliminan el componente bacteriano. |
Medicamentos antiinflamatorios no esteroides: reducen el dolor y eliminan el proceso inflamatorio. |
Hormonal: se prescribe cuando los AINE son ineficaces para el mismo propósito. |
Bloqueadores alfa: relajan los músculos de la uretra y normalizan la salida de orina. |
Antiespasmódicos: relajan los músculos de los vasos sanguíneos y normalizan la salida de secreciones. |
Relajantes musculares: relajan los músculos de la uretra y el perineo. |
Péptidos biorreguladores: normalizan los procesos metabólicos en la próstata. |
Antidepresivos. |
Hierbas medicinales. |
En cuanto a la medicina tradicional, tan recomendada entre la gente para curar la prostatitis, no existen plantas ni colecciones de hierbas para estos fines. Puedes utilizar las siguientes hierbas:
- milenrama;
- helenio;
- celidonia;
- brincar;
- Leuzea;
- arándano rojo;
- ortiga;
- malvavisco;
- manzanilla;
- bergenia.
Se vierte una mezcla de varios componentes en una cantidad de cuatro cucharadas en un termo con un litro de agua hirviendo y se deja durante 12 horas. Después de eso, la infusión se toma por vía oral tres veces al día, un tercio de vaso. El curso del tratamiento es de hasta cuatro meses y sólo en caso de prostatitis crónica y previa consulta con un médico.
Consejo. No es necesario preparar supositorios, enemas, etc. caseros, ya que esto puede perjudicar mucho el proceso de curación. En la prostatitis aguda, los masajes y todo tipo de calentamiento también están contraindicados, ya que esto puede ser la aparición de sepsis.
La prostatitis no es una sentencia de muerte y no conlleva necesariamente pérdida de masculinidad, extinción de la función sexual y otras patologías que se le atribuyen como resultado inequívoco. El tratamiento de la próstata es un proceso largo y difícil, pero cuanto antes preste atención a los primeros signos de inflamación y comience a tratarla, más completo será el resultado.
Preguntas más frecuentes
¿Qué tipos de prostatitis existen?
Hay dos tipos principales de prostatitis: aguda y crónica. La prostatitis aguda se desarrolla rápidamente y se acompaña de síntomas graves, como dolor en el perineo, aumento de la temperatura corporal y micción frecuente. La prostatitis crónica se caracteriza por síntomas más leves, que pueden empeorar periódicamente.
¿Qué razones conducen al desarrollo de prostatitis?
La prostatitis puede ser causada por varios factores. Una de las principales causas es una infección que puede ingresar a la próstata a través del tracto urinario. La prostatitis también puede ser causada por obstrucción del flujo de orina, estilo de vida sedentario, estrés, mala alimentación y otros factores.
¿Cómo se diagnostica y trata la prostatitis?
Para diagnosticar la prostatitis, su médico puede realizar un examen rectal de la próstata y también solicitar análisis de orina y sangre. El tratamiento de la prostatitis depende de su tipo y causas. Su médico puede recetarle antibióticos para combatir infecciones, medicamentos antiinflamatorios para aliviar los síntomas, fisioterapia y otros tratamientos según su situación específica.
Consejos útiles
Consejo #1
Cuando aparezcan los primeros síntomas de prostatitis, consulte a un urólogo para su diagnóstico y tratamiento. El contacto temprano con un especialista ayudará a prevenir el desarrollo de complicaciones y acelerar la recuperación.
Consejo #2
En el tratamiento de la prostatitis, se recomienda tomar los medicamentos recetados por su médico y seguir sus recomendaciones. También es útil incluir en la dieta alimentos ricos en zinc (nueces, mariscos, pipas de calabaza) y beber más líquidos para mejorar la micción.
Consejo #3
Para la prostatitis crónica, se recomienda llevar un estilo de vida activo, que incluya ejercicio y deportes con regularidad. Esto ayudará a fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la circulación sanguínea en los órganos pélvicos, lo que ayuda a reducir la inflamación y mejorar la salud general.